Mucho se ha especulado sobre la vacuna peruana desde que inició sus pruebas en mayo del 2020. Los dimes y diretes entre científicos, autoridades y periodistas han llevado a cuestionar la real eficacia de la investigación llevada a cabo por Farvet. Conoce, a continuación, toda la verdad sobre la situación de la vacuna peruana.
Se ha dicho que ya se probó en humanos, que no contaba con certificaciones internacionales ni con regulación por parte del Estado, que se va a aplicar vía oral o intra-nasal, que va estar más barata que las vacunas producidas en el extranjero, entre otras cosas más.
La realidad es que, allá por mayo de 2020 la Universidad Peruana Cayetano Heredia (UPCH) y Farvet, un laboratorio dedicado a producir vacunas de uso veterinario, se embarcaron en una investigación conjunta de científicos peruanos para obtener una cura para el coronavirus.
Este proyecto fue liderado por el director-fundador de FARVET, Manolo Fernández, y el jefe del Laboratorio de Bioinformática de la UPCH, Mirko Zimic. Desde aquel entonces, comenzó en Chincha la etapa de experimentación en animales: pasando por gallinas, alpacas, ratones y conejos, en diversas etapas.
Ya por junio, se anunció que se ensayaría con cerdos y monos, y que en dos meses, es decir en agosto, la vacuna peruana estaría lista para humanos contagiados en estadío intermedio. Hasta ahí todo parecía indicar que se marchaba con buen pie. Estos pronósticos no se cumplieron. A inicios de septiembre, Manolo Fernández afirmó en radio Exitosa que la fase en humanos empezaría dentro de 60 días. O sea, en noviembre. Sin embargo, su predicción fue desacertada.
Farvet, además, inició los ensayos de dos candidatas más a la vacuna por su cuenta. Una a partir de la bacteria de la salmonella y otra del virus del Newcastle, una enfermedad que suele atacar a las aves.
Viene la etapa más controversial…
Según un informe de IDL-Reporteros, Farvet, experimentó desde mayo hasta diciembre de 2020 con cerca de 2 mil animales. Durante esos nueve meses, aunque parezca insólito, ninguno de los tres proyectos fue regulado por un vacío en la normativa peruana.
Según una investigación de Salud con Lupa, recién el 14 de diciembre de 2020, la DIGEMID aprobó la Norma Técnica de Salud que regula las Buenas Prácticas de Laboratorio para Estudios Preclínicos (BPL-PC) en la Investigación y Desarrollo de Productos Farmacéuticos. Es decir, mientras representantes del proyecto hablaban de iniciar las pruebas en humanos, en el Perú ni siquiera existía un marco legal que fiscalizara los ensayos preclínicos con animales.
Cabe precisar que la candidata a vacuna que Farvet trabajó en conjunto con la UPCH fue descartada por no obtener resultados favorables. La candidata con la que tenían pensado iniciar la fase clínica es la vacuna que toma como base el virus de Newcastle y cuya aplicación es intranasal.
El 5 de enero de 2021, Fernández declaró para un medio local de Chincha que la vacuna funcionaba perfectamente en animales y que incluso podía atestiguar lo mismo en seres humanos debido a su propia experiencia. Y por si eso fuera poco, lo reiteró en otros medios. Lamentablemente y para desilusión de quienes creyeron en un avance factible del desarrollo de la vacuna peruana, en un reportaje de El Comercio, Manolo Fernández se retractó.
Luego de esto, Fernández manifestó que Farvet ya no continuará con los ensayos de la vacuna. Solo dijo que concluirán el informe en animales, presentarán la publicación a medios internacionales y si alguien quiere retomar el proyecto, se lo darán. Sin embargo, días después Farvet emitió un comunicado contradiciendo a su director-fundador afirmando que sí continuarán con las investigaciones y que además daban por concluida la fase preclínica.
Lo que le queda a la vacuna peruana
Dado que Farvet no cuenta con la certificación necesaria para producir la vacuna candidata con registros de BPM (Buenas Prácticas de Manufactura), Miko Zimic, señaló que se debe buscar una empresa en el extranjero con prácticas BPM para desarrollar las primeras dosis. En ese sentido, informó en RPP Noticias que Farvet ha cerrado contrato con una empresa europea, que viene construyendo una planta BPM para vacunas veterinarias en Chincha, la cual estará disponible a fines de mayo.
La validación de esta planta tomaría un mes y pronosticó que a fines de julio se estaría produciendo entre 15 a 20 millones de dosis de la vacuna contra el COVID-19. Por ello, señaló que, hasta esa fecha, ya deberían concluir los estudios preclínicos y en humanos. Mirko Zimic detalló que para iniciar cuanto antes los ensayos clínicos; es decir, las pruebas en humanos (fase 1, fase 2 y fase 3), necesitan buscar una inversión económica de 20 millones de dólares.
En una última publicación, Manolo Fernández informó que la mejor manera para bloquear al Covid-19 es induciendo un tipo especial de respuesta inmune que es la inmunidad de las MUCOSAS, esta es la inmunidad que protege las partes del cuerpo que están en contacto con el medio ambiente y estaría protegiendo las vías respiratorias y pulmones, lugares por donde ingresa el coronavirus y se multiplica inicialmente.
Como vemos, a pesar de numerosos contratiempos, contradicciones y afán de protagonismo, la vacuna peruana sigue adelante. ¿Qué le parece esta travesía? Todos estaríamos orgullosos que se pueda finalizar una vacuna peruana que permita luchar contra el coronavirus. Se requiere un poco de mesura en los científicos y también mayor apoyo por parte de las autoridades y la empresa privada.